Para ellos, el demonio seguramente se vería como nosotros.
Merece ser visto.
Y si en algún momento sentís la necesidad de cerrar los ojos, o girar la cabeza, solo hacete esta pregunta: "Si no es bueno para mis ojos, ¿será lo suficientemente bueno para mi estomago?"
No hay comentarios:
Publicar un comentario